lunes, 31 de octubre de 2016

Día de Todos los Santos y Día de Difuntos

GRAN FESTIVIDAD


El día 1 de noviembre
Festividad de Todos los Santos, fiesta alegre donde las haya, daremos a Dios gracias por el innumerable número de santos, pero también adelantaremos el rezo por todos los difuntos: primero por los propios y después por los ajenos.


Así, dicho día 1 de noviembre a las 12 del mediodía
la Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz
celebrará un responso por todos aquellos que murieron 
por Dios y por España, 
y sus restos mortales reposan en el cementerio de San José de Pamplona (Berichitos).


A continuación los que visiten el cementerio pueden asistir a la Santa Misa por los difuntos organizada por la Hermandad de la Pasión del Señor.


DÍA DE TODOS LOS SANTOS, 1 de noviembre

DÍA DE DIFUNTOS, 2 de noviembre


Cementerio de San José. Tumbas (más de 400) de los muertos por Dios por la Patria.
Fotos de la Red

La Redacción
Pamplona 1-XI-2016

domingo, 30 de octubre de 2016

No se olvide al voluntario y a la gran parte de Navarra a su lado

DESDE EL TESTIMONIO VIVIDO...

EN RECUERDO DEL VOLUNTARIO Y 
LAS FAMILIAS DE VOLUNTARIOS
El Monumento de Navarra fue a los muertos en la Cruzada. Porque para ellos fue así -y con razón-.
La Laureada fue al heroísmo del pueblo navarro en general.

Focalicemos la historia de las familias navarras desde el voluntario tradicionalista. 
En la Historia de la Cruzada, dice José Mª Iribarren:

“En toda la historia de la Comunión Tradicionalista, ni aún en las órdenes de levantamiento en las anteriores guerras carlistas, se cumplió con tanto entusiasmo, ni dio tan gran número de voluntarios; las mismas autoridades carlistas se vieron sorprendidas y preocupadas por tal muchedumbre, que creaba problemas no previstos.
Para las seis de la mañana hora de la declaración del estado de guerra pasaban de 1.000. ¿Cuántos por la tarde? ¿Cuántos en los días siguientes? HUBO QUE DAR ORDEN POR LA RADIO DE QUE NADIE SE MOVIESE DE LOS PUEBLOS, HASTA QUE NO SE LES COMUNICARA, PUES VENÍAN NO LOS PREVISTOS, Y ORGANIZADOS, SINO GENERACIONES, FAMILIAS, Y HASTA PUEBLOS ENTEROS.

En todos los pueblos de la provincia se da a la misma hora el mismo espectáculo. Se ha predicado la Cruzada como en los tiempos de San Bernardo, y se asiste a las mismas escenas de fervor y sacrificios que en los siglos remotos del milenio.
En las ciudades y villas importantes del viejo Reino, el Círculo (local carlista) ocupa una casa señera en la plaza de arcos. En las aldeas pobres es una casa campesina más. En todos esos Círculos, el retrato en cromotipia de un Carlos VII varonil. En algunos hay también un Don Jaime joven, con uniforme de oficial de Cosacos, y un Don Juan Vázquez de Mella. Todos esos Círculos son centros activos de movilización, y realizan el Alzamiento en masa. En la parroquia de Murieta, de 420 habitantes, de los once hijos varones del matrimonio Mansóa Andía, ocho salen voluntarios al oír en ese amanecer del 19 la orden de marcha. Don Carlos Carrillo, Farmacéutico de Muniain de la Solana sale a la guerra acompañado de sus seis hijos, y de Pamplona de la familia del comerciante Señor Aznárez salen otros seis (y así de otras muchas, hasta una que salen marido, mujer y los dos únicos hijos de 16 y 17 años, ella de enfermera, él con el Tercio de María de las Nieves, y los hijos con el Tercio del Rey y cerraron la casa).

En Peralta el matrimonio Asín-Fernández tiene también seis hijos varones, el mayor de 34 años, y el más joven de 24, y los seis con el padre septuagenario vigoroso, marcha a filas movidos por el mismo Ideal; -al padre llaman los mozos “el abuelo de Peralta” viéndole con sus setenta y pico de años cargar con el fusil-. Dos  hermanos, Julio y Raimundo, del pueblo de Larraga, anuncian a sus padres su propósito de marchar a la guerra. La madre les pide que aguarden hasta que se acabe la siega, y uno de ellos responde: Madre; siegas habrá muchas, España no hay más que una. Hay pueblos –como Artajona- cuyo censo varonil se vuelca íntegro para combatir. Anselmo Irigaray artesano de Pamplona, acompaña al cuartel a sus dos hijos, y quiere alistarse con ellos. Pero se le rechaza por la edad, y a la hora de comer se sienta entristecido a la mesa con su mujer y su hija Margarita. Por primera vez faltan los dos muchachos. La hermana llora. No llores tonta –dice la madre- han ido a cumplir como carlistas. ¿Si no lloro porqué se han ido? ¡Es porque no me dejan ir a mí!.
Manuel Soróa de ochenta y siete años, que sirvió en la guerra anterior de gastador en el tercer Batallón de Navarra, sale de Huici con su hijo y su nieto para incorporarse. El núcleo de Lumbier lleva como jefes, a los concejales y al juez municipal. En todas las bordas de pastores, en todas las casas blasonadas cuyos moradores labran sus tierra; en todas las pequeñas tiendas y talleres; en los caseríos de los boyeros; en las chozas de los leñadores; desde Vera, hasta la feraz llanada del Ebro; desde Estella, que empalma la tradición de los antiguos reyes con la novelesca Corte del último don Carlos, hasta el Baztán y la sierra de Urbasa y la invencible Amézcoa, sepulcro hade un siglo de ejércitos cristinos; en todos los rincones, en toda la extensión de Navarra, se presenciaba el mismo espectáculo, a las mismas horas de este día celebre. Ningún pueblo se ha levantado hasta ahora nunca con un impulso tan unánime.
La boina resume y compendia todas las luchas de Navarra por la Legitimidad. La boina del abuelo es una reliquia en cada hogar de Navarra carlista. Se guarda en los armarios y sólo sale en ocasiones solemnes de su arca; cuando la Junta Carlista de la Merindad convoca a los leales en los aniversarios en que se visitan los viejos campos de batalla, o cuando los grandes tribunos de la Causa hacen acto de presencia en Pamplona o en Estella.
Esa riada humana inunda Pamplona casi desde las primeras horas del día. Su punto de cita es la plaza del Castillo, frente al Círculo Carlista, donde s detienen los coches y los saludan con voces amigas. -¡Bien por Puente la Reina! -¡Adelante los de la barranca! -¡Viva Mendigorría!
Los carlistas de Villava, pueblo limítrofe a Pamplona, llegan en una compacta manifestación con sus autoridades al frente.
¿Quién es capaz de contar las boinas rojas de ese día…?

Del Círculo de la plaza, donde pasó la noche en vela de armas ha salido el Tercio de Requetés de Pamplona (el tercio del Rey) y se sitúa en la plaza del castillo, junto al kiosco de la música. A las diez de la mañana el General se encamina a pié a Radio Navarra. En medio de ovaciones ensordecedoras Mola cruza las calles, y en alocución conmovedora expresa la emoción que le ha producido el imponderable espectáculo de Navarra, que ha superado a cuanto se imaginó. La férvida manifestación patriótica se renueva cuando el General se dirige desde la emisora a la plaza del Castillo a revistar a los requetés allí congregados. Y los ve desfilar marcialmente con un aplomo de veteranos y no puede contener el asombro y la emoción que éste estrenamiento (sic. de estreno) militar la causa. Las lágrimas asoman a sus ojos en presencia de aquel espectáculo increíble.
¡Qué magnífica tropa! –le dice a Utrilla-. Pero son muchos más de los que pedí… Sí mi General; son unos 4.000 pero mañana habrá ya el doble. -¿Y cómo vamos a sostenerlos? -¡Bien, bien! –Pero hay que avisar por Radio que por ahora no salgan más de los pueblos” (…).
De Pamplona salen continuamente columnas en todas direcciones, en las que forman  parte unidades de requetés (…)”
(…) 
(Nota del transcriptor: Hasta aquí Historia de la Cruzada de José Mª Iribarren, recogido en un Documento a máquina, 25 fols., Pamplona, abril de 1952, titulado “Antecedentes. Los carlistas ante la revolución encubierta de un liberalismo importado. Informe reservado. Archivo particular” p. 12-14).

(El narrador de 1952 continúa): 
¡Qué escenas se presenciaron en Pamplona! qué entusiasmo más delirante; confesiones públicas en el grupo escolar de San Francisco en los pasillos; en los bancos de la plaza, arengas de las Margaritas y de las madres; qué despedida en la estación; el trayecto por Navarra, fue apoteósico, en las estaciones asaltaban el tren los requetés que no se les permitía venir a Pamplona. Y había que rechazarlos, pues hasta Pelayos de 14 y 15 años (algunos de ellos consiguieron camuflarse en el convoy). El panorama cambió en Aragón en donde al paso del tren levantaban el puño (…)
Y así continúan saliendo, el heróico Tercio de Montejurra, el no menos valiente de lazar, San Fermín, San Miguel etc. etc. Y así en Andalucía, en La Rioja, en burgos, Vitoria etc…, en toda la España nacional. ¡¡Y cuántos y cuántos se hubiesen formado en Valencia, Maestrazgo y Cataluña, en donde se contaban con contingentes tan importantes como en Navarra…? Hubo desde luego en esta provincia oportunidad de haber formado de 25 a 30 Tercios en sesenta días (…).
(…) Mueren unos requetés en el frente, son traídos a Pamplona, y cuando se les va a dar tierra, avanza una mujer enlutada, y con gran entereza dirigiéndose a uno de ellos le dice con voz fuerte: ¡Hijo mío! Has sido digno de tus antepasados, has muerto por “Dios, la Patria y el Rey”, estoy orgullosa de ti, en el Cielo nos encontraremos. Después le besa en la frente, y ordena se le dé tierra. La escena como se ve fue patética; la mayoría de los presentes se secaron los ojos. ¡¡Ejércitos de Tierra, Mar y Aire!! España nunca os pagará la deuda que os debe. ("Antecedentes"... p. 14-15)
(…)
¿Y qué sucedió? ¿Qué rumbo tomó la política? ¿Qué régimen se instauró en España? ¿Qué trato se dió a los carlistas? ¿Qué se hizo de sus instituciones y programa político?
Al quinto día de iniciada la Cruzada llega una noticia dolorosísima para los españoles nacionales. El general San Jurjo que había de asumir el mando supremo del Movimiento, había perecido en las proximidades de “Mariña” (Portugal), víctima de un accidente de aviación cuando se dirigía a Burgos a tomar el mando. La noticia cayó como una bomba sobre los carlistas. El instinto les decía que la pérdida sería irreparable. El General que había de mandar sus ejércitos en una guerra exclusivamente carlista. El General que figuraba en las negociaciones de éstos con Mola, y que seguramente tendría en cuenta su aportación el día que se instaurase el Régimen definitivo en España, había desaparecido. ¡Qué pérdida para ellos! pero no obstante esperaban en que la justicia hablara, y no sufrió la menor merma su entusiasmo, confiaban en Mola, que les mostraba las mayores consideraciones; contaba con ellos para todas sus empresas, y estaba en el secreto de las bases establecidas en la contribución de los carlistas, en algunos extremos condicionales, y en otros para resolver, después de ganada la guerra ("Antecedentes"... p. 15)
(Nota de transcriptor: no es cierto que a carlistas y falangistas les separasen criterios secundarios, que es lo que declara Iribarren).

(A esto los carlistas dicen: no es verdad les separaban criterios principalísimos, pues unos propugnaban el régimen totalitario, con esencias y formas extranjeras –de Italia y de Alemania- y el régimen monárquico les era una cosa muy secundaria, mientras los otros aspiraban a la España auténtica, Foral y Tradicional, y sobre todo con la Monarquía Legítima; por lo tanto les separaba un abismo; y en cuanto a lo que dice (nota: Iribarren) de la política de guerra… En la guerra no hay política, no hay más que obediencia al mando, de modo que lo que también les separa era el modo de llevar la política, con vistas a la implantación del futuro régimen). (Nota: entre paréntesis en el original).
(Nota de transcriptor: a continuación el narrador rechaza el decreto de Unificación del 19-IV-1937 porque “hacía tabla rasa de las negociaciones y antecedentes de la Comunión con loas generales Sanjurjo y Mola”). 
(…)
¡¡El General Mola había muerto también en un accidente de Aviación!! ¡¡Ay!! Aunque el General en las negociaciones y preparación del Movimiento no mostró grandes simpatías por los carlistas, cuando después vió lo que no creía ni en sueños presenciar, cuando reconoció la aportación decisiva que en el Norte habían dado los carlistas, cuando tuvo en sus manos todos los millones (el fondo foral) que la Diputación de Navarra le entregó, entonces rectificó la opinión que de éstos tenía; pero ¡ya había muerto! ¿Quién los defendería?” ("Antecedentes"... p. 19). 
(…)
Pero parece que faltaba dar el golpe espectacular que pusiese de manifiesto la muerte definitiva de la Comunión Tradicionalista, y éste golpe definitivo había que darlo en Navarra, debía de darse en el corazón de la Comunión, es decir, en el Círculo de la Plaza del Castillo de Pamplona. Esta casa que había pasado a ser un símbolo para todos los carlistas de España y que se consideraba como el Templo del más exaltado amor patriótico, donde tanto se trabajó por el Movimiento, y sobre la cual se concentraba todo el Odio del izquierdismo iba a ser clausurada. Ya hacía tiempo que se vislumbraba el peligro; continuas visitas de la policía e incidentes con algunos antiguos carlistas (poquísimos) que habían aceptado la eliminación de la Comunión y que aceptaban prebendas de la nueva autoridad; intrigas de ésta para la instauración de una sociedad que se podría titular de “Excombatientes”… se buscaba un incidente, un pretexto… y este llegó” ("Antecedentes..." p. 20).


Nota del transcriptor: el narrador explica los acontecimientos que produjeron la clausura y cierra del Círculo de la Plaza del Castillo, y añade: 
“Este suceso cayó en Navarra entera, como una bomba, todos sin distinción de ideas (hasta los izquierdistas) calificaron tal medida como arbitraria e impolítica; por los carlistas no digamos; no encuentran calificativo para juzgarlos. Pocos días después, en un banco de madera, aparecía escrito con tiza blanca: ¡¡¡CARLISTAS!!! ESTE ES EL PAGO QUE OS DA ESPAÑA A VUESTRA LEALTAD Y HEROISMO, VENID A NOSDOTROS ¡¡¡GOZA EUZKADI!!!
El último hilo que aún quizás podría unir a los carlistas con el régimen se había roto” ("Antecedentes..." p. 22)
(…)

(Documento a máquina, 25 fols., Pamplona, abril de 1952, titulado “Antecedentes. Los carlistas ante la revolución encubierta de un liberalismo importado. Informe reservado. Archivo particular”).

















Recopila: José Fermín Garralda
Pamplona, 30-X-2016

viernes, 28 de octubre de 2016

Más sobre lo soez de Halloween

OPINION


LO SOEZ no puede competir con lo bello. Ni la ignorancia con lo culto y verdadero. Ni lo frívolo e insatisfecho con la razonable seriedad de la vida. ¿O no hay sufrimiento en el mundo y entre nosotros? Ni la condenación puede competir con la salvación. ¿O no se acerca Dios -el Amor de los amores- a los hombres? Es el caso de los slóganes, imágenes comerciales, y burdas explicaciones sobre Halloween, ante explicaciones como la recogida a continuación, a cuyo autor agradecemos la confianza y desinterés. La Redacción. 

Tradición literaria del convidado de piedra (y II)

COMO SE APUNTABA en el artículo “Apropósito de Halloween” (nota de la R.: vid. entrada anterior) la calabaza iluminada sería la cara de Jack O'Lantern -quien, en la noche de Todos los Santos, invitó al Diablo a beber en su casa- y el sacrílego convite que, a partir las tradiciones del Convidado de Piedra y el personaje de don Juan, ha sido feraz y universalmente recogidos en la literatura. Desde este punto de partida, no vendrá mal hacer una incursión en la tradición literaria de Don Juan Tenorio y el Convidado de Piedra.

Cierto que, entre Tirso de Molina, sacerdote de la contrarreforma y Zorrilla, poeta romántico, hayamos diferencias notables como el destino del protagonista, condenado en el siglo XVII y salvado por amor en el XIX. Pero, aunque se ha pretendido, no hay que ver en esta variante algo herético.  Siendo tres las virtudes teologales, no hay que olvidar que la Fe se traduce en obras, como proclama la Iglesia en el Evangelio del 1 de noviembre -las bienaventuranzas- y que, en el fondo éstas se resumen en el amor a los demás y a Dios, que es Amor o Caridad. Así, en el Tenorio de Zorrilla encontramos la importancia del perdón y la posibilidad de llegar a conocer y amar a Dios a través de sus creaturas y, por este conocimiento, a la contrición: “No es, doña Inés, Satanás,/ quien pone este amor en mi:/ es Dios, que quiere por ti/ ganarme para él quizás”.

Para comprender la obra de Tirso y, a partir de ella, acceder a la significación central de Don Juan, debe tenerse presente que El Burlador de Sevilla fue creado a la luz de la época barroca y en el convulso siglo XVII, periodo de encarnizados debates y guerras en torno algo tan esencial como la religión. La poesía y todo el arte de la época barroca se abren a la irrupción de lo humano, buscando a través de ese aspecto lo individual, lo Único. Así, la obra de arte, como el producto del alma del artista, refleja el sentido de la vida del hombre barroco, para quien todo lo que le rodea se proyecta en su creación.

El mercedario Tirso, como el hombre barroco, se ubica entre, por un lado su ansia de lo infinito, avivada por la espiritualidad contrarreformista, y, por otro, su inclinación hacia lo terrenal y la concreta realidad que le rodea. Este doble impulso explica la doble tendencia presente en el Barroco a profundizar y espiritualizar todo lo sensible, al tiempo que hace sensible por medio de la alegoría todo lo espiritual. En ese momento, la Iglesia y la Fe católicas juegan un papel fundamental al reafirmar su misión y su sentido dentro del mundo europeo donde la Reforma protestante intenta desplazarlas. Y el arte barroco se constituye en la expresión del contenido espiritual de la Contrarreforma, estableciéndose ésta como el pilar fundamental de este siglo XVII, en que el problema religioso se antepone a todos los demás, agitando a todos los espíritus de forma que política y pensamiento, doctrina y conducta, moral y arte se encuentran afectados por esta grave preocupación: la de la interpretación de la fe y el destino eterno del hombre.

En este contexto, España se pone al frente de las otras naciones católicas en la lucha en contra del protestantismo, planteando una renovación del pensamiento escolástico y, por lo tanto, de una renovación de la filosofía (pensemos en la Escuela de Salamanca) que abordaría los más diversos aspectos, entre los que se encuentran los derechos y responsabilidades del Estado, de la sociedad, de los súbditos de la Iglesia y del hombre... que compagine la concepción renacentista del hombre y los descubrimientos geográficos, físicos, astronómicos, etc., con la dependencia del hombre con respecto a Dios, buscando, en consecuencia, la integración real de lo divino en los nuevos dominios y poderes humanos.

El principal problema religioso sería el concerniente a la dificultad de establecer una única postura frente al conflicto entre el libre albedrío y la predestinación. Y establecidas dos corrientes religiosas que influyen al hombre de ese momento: la Reforma protestante (año 1517) y la Contrarreforma (desarrollada por el Concilio de Trento entre los años 1545 y 1563) y es conveniente, recordar la suscitada "Controversia de auxiliis", tan presente en el mito de don Juan. Controversia a la que dan respuesta el teólogo Jesuita Español, P. Luis Molina y su escuela de pensamiento.

El molinismo trazará una línea clara de pensamiento. La acción humana está subordinada a la acción divina. Se pasa de hablar de Dios y el hombre, y de la gracia y la libertad a hablar de Dios por el hombre y de la gracia por la libertad como algo necesario para la buena acción. Si Dios hace al rosal el producir su rosa, la rosa está generada enteramente por el rosal como causa segunda y enteramente por Dios como causa primera, por lo que Dios enriquece al rosal al hacer que florezca y, cuanto más intervenga, tanto más hermoso será el rosal, más fuerte la acción y la rosa más dilatada. De un modo análogo, Dios no sólo tiende al hombre Su mano sino que le da la libertad o facultad de cogerla y asirse a ella. Y, si bien hay muchas cosas que Dios hace sin el hombre, hay otras que Dios solo hace por medio de él. Aquí se recoge la enseñanza de San Agustín: “Dios que te ha creado sin ti, no te salvará sin ti”. Y, en virtud de ello, se esclarece la subordinación del hombre a Dios, porque toda la riqueza del hombre viene de Dios en tanto Causa primera, siendo la acción libre por entero del hombre como causa segunda, por entero de Dios como Causa primera.

Así cobran sentido pasajes del Tenorio como: 1) “Yo a Dios mi alma ofrecí/ en precio de tu alma impura,/ y Dios al ver la ternura/ con que te amaba mi afán,/ me dijo: Espera a don Juan/ en tu misma sepultura […] Por el vela; mas si cruel/ te desprecia tu ternura,/ y en su torpeza y locura/ sigue con bárbaro afán,/ llévese tu alma don Juan/ de tu misma sepultura”; 2) “Don Juan,/ un punto de contrición/ da a una alma la salvación,/ y ese punto aún te lo dan/ […] Aprovéchale con tiento,/ porque el plazo va a expirar,/ y las campanas doblando/ por tí están, y están cavando/ la fosa en que te han de echar”; o 3) “¡Aparta, piedra fingida!/ Suelta, suéltame esa mano,/ que aún queda el último grano/ en el reló de mi vida./ Suéltala, que si es verdad/ que un punto de contrición/ da a una alma la salvación/ de toda una eternidad,/ yo, Santo Dios, creo en Tí;/ si es mi maldad inaudita,/ tu piedad es infinita .../ ¡Señor, ten piedad de mí”.

Volviendo a El burlador de Sevilla y Convidado de Piedra, si Fray Gabriel Téllez fue el primer dramaturgo en elaborar el mito de Don Juan, abordado en incontables ocasiones y diversos sentidos por la literatura universal ulterior. Mas Tirso de Molina no crea el mito, sino que recurre a fuentes arraigadas en algo tan tradicional y español como el romancero. Recuérdese que, en los últimos versos de El burlador de Sevilla y convidado de piedra, Batricio alude al título de un romance anónimo del siglo XV, muy conocido por el público en tiempos de Tirso:“Y nosotros/ con las nuestras, porque acabe/ <El Convidado de piedra>”.

Ya Ramón Menéndez Pidal destaca la deuda de la obra de Tirso con la literatura popular anterior, pues el tema del doble convite ya aparece en la literatura española del Medioevo. Y, si antes se ha hablado de la antigua leyenda irlandesa que narra como la calabaza iluminada sería la cara de Jack O'Lantern, puede ser oportuno volver a otra tierra también de toponimia y leyendas celtas, y, más concretamente, al Romance del Galán de Omaña, recogido por don Juan Menéndez Pidal en la zona de Curueña y Riello (León) en 1889, y que Menéndez y Pelayo incluye en su Antología de Poetas Líricos Castellanos. Said Armesto, Ramiro de Maeztu, Fernando Díaz-Plaja  y otros prestigiosos estudiosos avalan la tesis de que el personaje literario de don Juan pudiera tener como antecedente al protagonista de este romance, siendo evidente relación entre el galán de Omaña y el Burlador de  Sevilla.

En estas fechas en que -en contrapunto con las calabazas y demás insustancialidades del Halloween, mistificación pagana y mendaz deificación de la estupidez- a los católicos que, movidos por la devoción a los difuntos, celebramos el primer día de noviembre la fiesta de Todos los Santos, como expresión del regocijo por la gloria de los Santos de la Iglesia triunfante; y, al día siguiente, Conmemoración de los Fieles Difuntos, ofrecemos oraciones y sufragios por la Iglesia purgante, puede ser buen colofón reafirmar nuestras tradiciones, transcribir como texto de lectura y meditación el Romance anónimo del Galán de Omaña:

     Pa misa diba un galán - caminito de la iglesia
     no diba por ir a misa - ni pa estar atento a ella,
     que diba por ver las damas - las que van guapas y frescas.
     En el medio del camino - encontró una calavera
     mirárala muy mirada - y un gran puntapié le diera;
     arregañaba los dientes - como si ella se riera.
     Calavera, yo te brindo - esta noche a la mi fiesta.
     No hagas burla, el caballero - mi palabra doy por prenda.
     El galán todo a aturdido - para casa se volviera.
     Todo el día anduvo triste - hasta que la noche llega:
     de que la noche llegó - mandó disponer la cena.
     Aun no comiera un bocado - cuando pican a la puerta.
     Manda a un paje de los suyos - que saliese a ver quién era.
     Dile, criado, a tu amo - que si del dicho se acuerda.
     Dile que sí, mi criado - que entre pa ca norabuena.
     Pusiérale silla de oro - su cuerpo sentara’n ella:
     pone de muchas comidas - y de ninguna comiera.
     No vengo por verte a ti - ni por comer de tu cena:
     vengo a que vayas conmigo - a media noche a la iglesia.
     A las doce de la noche - cantan los gallos afuera,
     a las doce de la noche - van camino de la iglesia.
     En la iglesia hay en el medio - una sepultura abierta.
     Entra, entra, el caballero, - entra sin recelo’n ella:
     dormirás aquí conmigo, - comerás de la mi cena
     Yo aquí no me meteré, - no me ha dado Dios licencia.
     Si no fuere porque hay Dios - y al nombre de Dios apelas
     y por ese relicario - que sobre tu pecho cuelga,
     aquí habías de entrar vivo - quisieras o no quisieras.
     Vuélvete para tu casa, - villano y de mala tierra,
     y otra vez que encuentres otra, - hácele la reverencia,
     y rézale un paternóster, - y échala por la huesera;
     así querrás que a ti t’hagan - cuando vayas desta tierra.


Pedro Sáez Martínez de Ubago

La moda mercantil y algo más de... Halloween

OPINIÓN


ESTA Redacción tiene el gusto de insertar dos interesantísimas y eruditas colaboraciones sobre una de las modas más tontas, sinsentido y soeces, y desde luego ofensivas contra las milenarias festividades cristianas más hermosas como son Todos los Santos (1 de noviembre) y el Día de Difuntos (día 2): tal es la reciente moda de Halloween. 

Además, los hay que aprovechan para ofender directamente la Fe cristiana, la única que salva a la persona desde su intimidad hasta el ser completo que somos. ¿Qué hay más allá de la muerte? ¿Cuál es el sentido de la persona en esta tierra? ¿Culmina el hombre en sí y por sí mismo, o bien es el amor de Dios el que se abaja y Quien le hace culminar? ¿Podemos los hombres salvarnos solitos? La autosuficiencia del que sea o no guapo, rico y con salud... es una forma más de frivolidad: claro que mientras aquella dure. 

También los amigos de hacer negocio -la buena bolsa necesita fiestecillas paganas- utilizan esa noche como pretexto mercantil.

Pues bien, lo importante de esta entrada es el artículo que con gusto insertamos para recreo del amable lector. Nota de la Redacción. 



A PROPÓSITO DE HALLOWEEN

LA OBRA de Séneca Apocolocyntosis divi Claudii, que podría traducirse como “La calabacificación del divino Claudio” (“apocolocyntosis” es voz griega que viene a significar `conversión en calabaza de una cabeza humana´) es el único ejemplo de sátira menipea hoy conservado en la literatura latina. Este título de la obra parece formado por las palabras ἀπὸ y κολοκύντη, que podrían indicar una transformación en calabaza y un juego de palabras de la voz κολοκύντη vinculada con “estupidez”, pudiendo interpretarse como "la deificación de la estupidez". Vemos así que, desde la tradición cultural grecorromana, las calabazas y la estupidez se vienen dando la mano, como cuando alguien saca una calabaza en un examen.

Por otro lado, desde la más temprana liturgia católica muchas festividades importantes tienen su víspera, cuyo simbolismo ha de buscarse en la “Liturgia de las Horas” y concretamente en las denominadas Laudes y Vísperas, evocadoras del misterio pascual: «Por la tarde el Señor está en la cruz, por la mañana resucita... Por la tarde yo narro los sufrimientos que padeció en su muerte; por la mañana anuncio la vida de él, que resucita» (San Agustín, Expositio in Psalmum XXVI).

Igualmente muchas fiestas tenían su víspera, cuyo simbolismo ha de buscarse en la “Liturgia de las Horas” y concretamente en las denominadas Laudes y Vísperas, evocadoras de los dos aspectos esenciales del misterio pascual: «Por la tarde el Señor está en la cruz, por la mañana resucita... Por la tarde yo narro los sufrimientos que padeció en su muerte; por la mañana anuncio la vida de él, que resucita» (San Agustín, Expositio in Psalmum XXVI).

Si, antiguamente, después de la puesta del sol, al encenderse los hogares, se producía un ambiente de alegría en las casas, es comprensible que esto pasara a la comunidad cristiana que, cuando encendía la lámpara al caer la tarde, invocaba con gratitud el don de la luz espiritual. Se trataba del «lucernario», es decir, el encendido ritual de la lámpara, cuya llama es símbolo de Cristo: Sol sin ocaso.

Inspirándose en el simbolismo de la luz, la oración de las Vísperas se ha desarrollado como sacrificio vespertino de alabanza y acción de gracias por el don de la luz física y espiritual, y por los demás dones de la creación y la redención. San Cipriano escribe: “Al caer el sol y morir el día, se debe necesariamente orar de nuevo. En efecto, ya que Cristo es el sol verdadero, al ocaso del sol y del día de este mundo oramos y pedimos que venga de nuevo sobre nosotros la luz e invocamos la venida de Cristo, que nos traerá la gracia de la luz eterna” (De oratione dominica, 35).

Sin embargo nada hay que no pueda corromperse y degenerar a extremos ridículos o devenir absurdos espantajos como el inminente “halloween”. Así, etimológicamente, “Halloween” significa "All hallow's eve", palabra que proviene del inglés antiguo, y que significa "noche o víspera de todos los santos", ya que se refiere a la noche del 31 de octubre, víspera de la Fiesta de Todos los Santos. Sin embargo, a la antigua costumbre anglosajona fue difundida en el Nuevo Mundo por emigrantes irlandeses que la introdujeron en los Estados Unidos, donde llegó a ser una parte del folklore popular a la que se fueron sumando otras supersticiones y elementos paganos tomados de los diferentes grupos de inmigrantes hasta llegar a incluir la creencia en brujas, fantasmas, duendes, Drácula y monstruos de toda especie. Y, desde los Estados Unidos, esto se ha propagado por todo el mundo gracias a las pantomimas hollywoodenses que tan fácil se asimilan por una sociedad y juventud que, como las actuales, reniegan de sus valores y desprecian su cultura,  perdiendo su radical sentido religioso para celebrar en su lugar la noche del terror, de las brujas, los fantasmas y toda una variopinta caterva de engendros más o menos monstruosos.

Hoy cabría, hacer una cierta crítica del esperpento de los disfraces y cuestionar y hasta ridiculizar la necesidad de recurrir a anticuados príncipes valacos, como Vlad Drăculea (1431-1476), más conocido como Vlad el Empalador, las momias egipcias, el mito del licantropismo, y otras criaturas de la novela gótica, si por nuestras calles campean otros monstruos de carne y hueso como los profesionales sanitarios y otros trabajadores de esa mafia que, en muy diversos establecimientos, vertebra por la geografía de España toda la lucrativa, horrenda y nada jocosa “Munsters Family” del abominable crimen del aborto.

Así, el Halloween marca un retorno al antiguo paganismo, porque este rito se inició con los celtas, antiguos pobladores de Europa Oriental, Occidental y parte de Asia Menor, cuyos druidas, sacerdotes paganos adoradores de los árboles y creyentes en la herética metempsicosis, sostenían que, si bien las almas se introducían en otro individuo al abandonar el cuerpo, el 31 de octubre volvían a su antiguo hogar a pedir comida a sus moradores, quienes estaban obligados a hacer provisión para ella. Esto guarda, a su vez, coherencia con el calendario celta, porque el año céltico concluía en esta fecha que coincide con el otoño, cuya característica principal es la caída de las hojas. Para ellos significaba el fin de la muerte o iniciación de una nueva vida. Esta enseñanza se propagó a través de los años juntamente con la adoración a su dios el "señor de la muerte", o "Samagin", a quien en este mismo día invocaban para consultarle sobre el futuro, salud, prosperidad, muerte, entre otras cuestiones. Y como la cristianización céltica no fue completa, esta coincidencia cronológica de la fiesta pagana con la fiesta cristiana de Todos los Santos y la de los difuntos, que es el día siguiente, hizo que se mezclara y, en vez de recordar los buenos ejemplos de los santos y orar por los antepasados, se aterraban ante las antiguas supersticiones sobre la muerte y los difuntos.

A estos mismos orígenes de superstición e ignorancia debe remontarse la dichosa calabaza que ahora atiborra cualquier escaparate y establecimiento, sea como adorno o mercadería. El hecho de que niños y no tan niños vayan de casa en casa niños se disfracen y vayan -con una vela introducida en una calabaza vaciada en la que se hacen incisiones para formar una calavera- berreando de casa en casa eso de Cuando "trick or treat" (broma o regalo), tiene su origen en otra antigua leyenda irlandesa que narra como la calabaza iluminada sería la cara de un tal Jack O'Lantern que, en la noche de Todos los Santos, invitó al diablo a beber en su casa, fingiéndose un buen cristiano. Como era un hombre disoluto, acabó en el infierno.

Esto da fundamento para no pocas consideraciones literarias ulteriores, porque, si reparamos adecuadamente, de dicho sacrílego convite irlandés a la tradición del, inicialmente sevillano y hoy universal, mito de Don Juan, sus ecos del histórico de Miguel Mañara, y la evolución al Convidado de Piedra, ferazmente y universalmente recogido en la literatura propia de estas fechas, el paso del hecho religioso y del acervo cultural a la actual y paganizada neoculturización hollywoodense no sería tan grande y bien merece que, como en la película Bienvenido, Mister Marshall , nos cuestionemos qué pueden realmente aportarnos a nosotros esos americanos.


Pedro Sáez Martínez de Ubago 

jueves, 27 de octubre de 2016

Un alcalde increible (no creíble). HCVC

NOTA DE PRENSA



                   26 de octubre 2016. En “Navarra Confidencial” aparece esta Nota de la HCVC relativa a las declaraciones de Asirón:

La Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz, pone en conocimiento del público en general, que en el expediente Administrativo del Ayuntamiento de Pamplona denominado: de Clausura del Cementerio situado en el Monumento a los Caídos, se recoge la siguiente información.
Se dice en el Dossier por la sociedad de estudios e iniciativas ITURRALDE – azterlan eta Ekimenetarako Elkartea – a la que encargó el ayuntamiento la investigación en noviembre del 2015, que el objetivo, era recabar información para localizar y hablar con los familiares para sondear su posición. Para establecer estos contactos se apoyó en grupos memorialistas a los que agradece su colaboración.
Pues bien, nadie contactó a pesar de lo dicho con la familia de los Hermanos Aznar.
Dice en su parte final, el informe al que aludimos: Por lo demás, no hay rastro de esta familia en la zona. Nadie. De este modo nos sugieren que la decisión, en lo que concierne a estos dos personajes corresponde al Arzobispado. O no. Quizá sencillamente al ayuntamiento.
Juzgará el lector el rigor y respeto mostrado en su contenido.
Pues bien, acompañamos la carta enviada al Obispado por la sobrina mayor de los hermanos Aznar Zozaya. En cuya sepultura reza la inscripción: “Hermanos en vida y en muerte”.
Y que viene a significar lo siguiente: 
Los hermanos Joaquín y Dimas Aznar Zozaya, de 22 y 21 años de edad, eran labradores, naturales de Javier. Salieron voluntarios al frente. El primero murió en Levante, el 2 de julio de 1938, siendo alférez por méritos de guerra. Al funeral de su hermano en Javier asistió su hermano Dimas, y realizó un comentario “quizá la próxima vez que vuelva al pueblo sea en un ataúd como el de Joaquín”, pese a lo cual tuvo el valor de volver al frente. Y tristemente así ocurrió. Dimas falleció el 14 de mayo del mismo año, en el frente de Alfambra, por heridas de metralla que le desgarraron el abdomen, siendo sargento igualmente por méritos de guerra. Ambos fueron enterrados en el cementerio de Javier. Entre 1957 y 1958 llegó una propuesta de la Diputación Foral de Navarra, en la que ofrecían a sus padres trasladar los restos mortales de sus hijos a reposaren la cripta del Monumento en representación de los miles de voluntarios de la Merindad de Sangüesa. La respuesta no fue inmediata, ya que suponía tener los restos de sus hijos lejos de su pueblo, lo que dificultaba visitarles y rezar ante sus tumbas, pero finalmente valoraron más el deseo que los propios fallecidos hubieran tenido y el honor que suponía el ofrecimiento, por lo que aceptaron con orgullo su traslado, que finalmente se produjo en el verano de 1961.
La memoria histórica anida en el seno de cada familia y debe respetarse para todos.

Por la HCVC Su Cronista – Secretario